Hoy me ha sucedido algo muy curioso.
De hecho me sucede de vez en cuando y seguro que tiene un significado. Quizás tú puedas ayudarme.
He mirado el móvil y eran las 11:11. ¿Te ha sucedido alguna vez a ti también? ¿Sabes lo que significa?
Justo después de ver que son las 11:11 mi cerebro lo interpreta como una señal de algo místico.
Algo más que una simple casualidad.
¿Y sabes qué quiere decir esto? Que acabo te sufrir una apofenia.
Ese es el término psicológico que describe la tendencia a percibir conexiones o significados en patrones aleatorios.
Si tiras un poco del hilo sabemos que miramos el móvil de media 142 veces al día. Son bastantes.
Si tienes en cuenta que dormimos entre 6 y 7 horas, se concentran muchas consultas al móvil en unas pocas horas del día.
Las probabilidades de ver que son las 11:11 cada varios días son muy altas.
Es una cuestión de probabilidad y estadística. Algún matemático podría hacer el cálculo fácilmente.
Mayday mayday, Houston, tenemos un problema. Estamos perdiendo la señal.
La apofenia ocurre porque nuestro cerebro busca patrones y significado en todo, incluso donde no los hay, como un mecanismo para entender el mundo y sentir control.
La apofenia nos sucede a todos pero creer que en realidad es algo místico es más común en personas con baja capacidad intelectual, problemas económicos, estrés o incertidumbre.
Todo esto tiene una razón a nivel evolutivo.
Imagina a nuestros antepasados siendo cazadores-recolectores y viviendo en cuevas hace 15.000 años.
Un día empieza a anochecer y justo aparecen unos lobos. Por suerte se alejan.
Después de unos días vuelve a anochecer y aparecen de nuevo los lobos. Se alejan de nuevo pero se han acercado más que antes.
Pasan otros tres días y sucede lo mismo.
En ese momento nuestro cerebro encuentra el patrón "anochecer" con "peligro de lobos".
Puede que fuera simple casualidad, que olieran comida, que su nueva cueva fuera su guarida durante un tiempo o cualquier otro factor.
Pero para nuestros antepasados les bastaba con asociar "anochecer" con "peligro" para estar atentos y salvar sus vidas.
Por eso nuestro cerebro ha evolucionado para buscar posibles patrones que nos ayuden a sobrevivir. Daba igual si era que anocheciera el factor principal para que los lobos aparecieran o no.
Y hoy en día nos sigue sucediendo lo mismo, incluso aunque sean asociaciones totalmente sin sentido y que nuestra supervivencia no esté en peligro.
Vivimos rodeados de superstición con el número 13, las escaleras o los gatos negros.
Si fueran ciertas estas asociaciones la raza humana se habría extinguido hace mucho tiempo.
Según los astrólogos cada “hora espejo” como las 11:11, las 14:14 o las 5:55 tiene un significado y nos permiten comunicarnos con los ángeles.
Según ellos a las 14:05 o a las 15:47 no les viene bien a los ángeles mandarte su mensaje porque estarán ocupados gestionando los husos horarios de cada país.
Recuerda que a las 5:55 en Madrid son las 23:55 en Nueva York.
Los ángeles en ese momento sólo aceptan llamadas de gente de Europa parece ser.
Yo suelo recomendar pasarte por una relojería y cambiar las horas de los relojes para conectar con varios espíritus a la vez.
Todo el mundo sabe que los ángeles se vuelven locos en las relojerías y que los relojeros son los nuevos médiums del siglo XXI.
Podríamos decir que las relojerías son esos lugares mágicos en los que se abren portales a nuevas y desconocidas dimensiones varias veces al día.
El negocio de la astrología, tarot, numerología y disciplinas similares mueve miles de millones de dólares a nivel mundial y se aprovechan de la gente más débil.
Y si alguien sabe de psicología, marketing, manipulación y ventas son ellos. Por eso me encanta estudiarles y analizar cómo juegan con la mente de sus presas.
Si quieres aprender todo lo que voy aprendiendo en mi día a día, lo que sucede en mi negocio, cómo lo aplico y los resultados que tengo, lo cuento cada semana en “El podcast secreto”.
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Nos vemos dentro.
Borja Girón
Consultor de Marketing Digital
