Era viernes. Uno de esos viernes que llamaban “viernes de dolor”. Pero para mí sería uno de los mejores días de mi vida. Uno que cambiaría mi vida para siempre.
Te hablo de uno de esos días en los que hay despidos. Si has trabajado para alguna empresa sabes de lo que te hablo. Si no, hazte una idea.
El caso es que llevaba seis años en la empresa. Los cinco primeros aprendiendo y disfrutando mucho hasta que se fue mi jefe. El último un año enchufaron a la nueva jefa. No sé cómo, pero algo hizo para que acabara de jefa. Horrible. No tenía ni idea. Lo peor de todo, es que se aprovechaba del trabajo de otros y lo tomaba como propio llevándose las medallas.
Yo no estaba dispuesto a eso y no tener miedo a ser despedido tiene sus consecuencias. En este caso muy buenas consecuencias por que me despidieron.
Sea como fuere todo eso se había acabado. Por fin era libre. De hecho yo ya estaba viendo cómo se pedía una excedencia o directamente cuál era la mejor forma de cambiar de trabajo. Incluso ya estaba en un proceso de selección para otra empresa del sector y la segunda entrevista sería pronto.
Pero ya estaba todo decidido, iba a tener el dinero del despido. Unos 20.000€. Me daba para vivir un año. Así que ese fue uno de los mejores días de mi vida.
Aproveché la oportunidad y me di un margen de un año para conseguir generar un sueldo por mi cuenta. No partia de cero. Llevaba ya un par de años generando un dinero extra a través de afiliados, de marketing de afiliados. Incluso ya me había dado de alta como autónomo para no tener problemas (el primer año se pagaba una cuota más reducida).
Pero generar más ingresos me resultaba complicado. Escalar el negocio o lo que estuviera haciendo lo veía casi imposible.
Pero ahora, gracias a esos 20.000€ tenía algo de margen. Además tenía la oportunidad de poner el foco en ello. Podía dedicar 8, 10 o 12 horas al día para conseguirlo. Y así lo hice. No se presentan oportunidades así siempre. No podía desaprovecharlo.
Así que le eché huevos, cancelé la segunda entrevista de trabajo con la otra empresa y así comenzó mi aventura como emprendedor online. A mi padre no le gustó mucho la idea. Pero esa es otra historia. Quizás para contarla en un email de mi Newsletter. Y todo eso sucedió en Madrid. En febrero de 2016.
Ahora vivo en Cádiz. Cerca de la playa. Hago surf, kitesurf, bailo bachata, disfruto de la playa todo el año. Y todo comenzó por una oportunidad que se presentó y que para muchos sería uno de los peores días de su vida. Para mí uno de los mejores.
En 2022 decidí crear el club de emprendedores Triunfers. La historia de su creación es otro tema, algún día te la contaré, pero de momento te digo que si eres emprendedor te va ayudar enormemente estar dentro.
No hace falta que te diga mucho más. Confía en mí. Si has llegado hasta aquí leyendo debes estar dentro. Confía en mí. Solo eso. Prueba un mes. Si no te gusta te das de baja. Si no lo usas te das de baja. Si no lo ves rentable te das de baja. Así de fácil.
Esta es tu oportunidad. Tu gran oportunidad. No la dejes pasar.
Yo no volveré a trabajar para ninguna empresa. Nunca. Y para que eso sea así tengo que conseguir que tú tengas resultados. Por eso lo doy todo para que tú le saques el máximo partido al Club. Para que te sea rentable. Muy rentable.
Tú tendrás que poner de tu parte. Claro. Pero yo estaré ahí. Junto al resto de emprendedores. Junto al resto de expertos. Junto al resto de amigos.
Haz clic abajo y aprovecha la oportunidad. Muy pocos se dan cuenta de las oportunidades. La mayoría las dejan pasar. O las confunden con un mal día. Pero este no es un mal día. Hoy es un gran día. De los mejores.
Para descubrir el potencial del Club tienes que vivirlo tú mismo. Dentro. Y puedes darte de baja cuando quieras. Si no te gusta. Si no te ayuda. Si no lo rentabilizas. Cosa que dudo. Pero tienes esa opción.
Nos vemos dentro.
Borja Girón
Consultor de Marketing Digital